Obra:
“Sin motivo aparente”, monólogo.
Autor:
Juan Radrigán Rojas.
Dirección: Mauricio
Vergara Escobar.
Intérprete: Guillermo
Andrés Pérez Muñoz.
Duración:
40 minutos aproximadamente.
Tema musical:
Fragmento “Gracias a la vida” de Violeta Parra.
Requerimientos: Iluminación estándar (5 áreas).
Equipo de
amplificación, reproductor CD.
Cámara
negra.
Espacio
escénico, al menos 4 x 4 metros.
Elementos
escenográficos y de utilería: pala de construcción, tronco, hojas.
Reseña de la obra.
Corresponde
al monólogo “Sin motivo aparente”,
tomado de la trilogía “Redoble fúnebre para lobos y corderos” de Juan Radrigán.
Este relato- en tono de comedia- muestra el mundo de seres humanos marginales y
la riqueza interior con que enfrentan la vida.
Pedro
García, un hombre más allá de los cuarenta años, vagabundo. Esporádicamente
realiza algunos trabajos que le permiten sobrevivir día a día.
Un
hecho marca su vida: la muerte de su gran amigo y compadre en manos de un
sujeto desconocido. Ante esta situación
decide cobrar matando a otra persona.
La
obra relata como Pedro vuelve al lugar
de los hechos en total arrepentimiento
para justificarse ante su víctima.
Datos de Juan Radrigán, Premio Nacional Artes de la Representación y
Audiovisuales 2011.
Juan Radrigán Rojas
Nació el 20 de Enero de 1937, en Antofagasta.
Familia de extracción popular. Su padre mecánico y su madre profesora en una
salitrera. En el 1939 llega a Santiago. No tuvo educación formal, desde pequeño
tuvo que trabajar para ayudar a su familia. Su madre le entrego en casa la
educación básica, al igual que sus tres hermanos. A temprana edad manifestó hambre
de conocimiento, todo cuanto caía en sus manos; lo leía. Para entonces ya
escribía poesía y cuentos. Para sobrevivir trabajó en múltiples oficios:
Cargador de la vega central, vendedor, librero y muchos años obrero textil mecánico de telares y en cada unos de estos
lugares desarrolló actividad sindical, con la consecuencia propia de la época,
de ser considerado conflictivo y esto explica sus constantes despidos.
Sus cuentos
los publicaba en diversos boletines de fábricas y luego en algunos diarios de
la capital con el seudónimo de Vicente
López Juan. Fue cofundador del Centro de Escritores Inéditos dirigiendo la
revista de dicho centro, cuyo título era “Cuadernos Inéditos”. Publicación
oficial de esa organización.
Continuó
escribiendo y en 1962, junto a otros autores publicó…”Cuatro autores y sus
cuentos” en el que aparecieron sus relatos “La felicidad de los García” y “El
extraño camino hacia el polvo”. Ese año publico su primera obra individual…”Los
vencidos no creen en Dios” que es un volumen de cuentos. En 1968 publico su
novela “El vino de la cobardía” con la que proyecto su trabajo literario.
Después del golpe de estado en 1973 su carrera de escritor se detuvo. En ese
período trabajo siendo dependiente de tienda, envasador y otros. Y en 1975 apareció
su poemario “El día de los muros”, este poemario le abre paso a otra etapa
literaria. En el año 1979 estrena su primera obra dramático teatral “Testimonio
de la muerte de sabina”, producción que se prolonga hasta el año 1990 con el
estreno de “Piedra de escándalo”. De ahí en adelante grupos profesionales y
aficionados montan sus obras en todo el país en sindicatos, poblaciones,
escuelas y lugares tradicionalmente periféricos, así también en las salas de
teatro céntricas.
En la década
de los 80 realiza giras a Europa y Latinoamérica, con la Compañía de Teatro “
El Telón”. Entre el año 1990 y el año 1994 solo se registra una sola obra
llamada “Isla de porfiado amor”. Período que se le llamó de “Silencio y
transición”. En 1995 con el estreno de la obra “El encuentramiento” y hasta
“Beckett y Godot” “Carta Abierta” y la publicación de la antología “Crónicas
del amor furioso”, año 2004, conformaría el segunda y gran período de la obra
de Radrigán al que se le conoce como “Memoria y post-dictadura”. Su origen
modesto y popular marco definitivamente su dramaturgia. De ahí en poner en la
escena nacional en protagónico a la marginalidad. …”Siempre he vivido con
ellos, y los quiero a concho,… los conozco por dentro y no necesito
investigar…Es un grupo lleno de valores y poesía que no se expresa por falta de
palabras o de confianza en sí mismos…”
Algunas
obras de Radrigán han ingresado a la selecta galería de clásicos del teatro
popular chileno: “Hechos consumados”, “Las brutas”, “El loco y la triste”,
“Sin motivo aparente”, “Cuestión de ubicación”. En estas obras dice que
ha querido desnudar a sus personajes sin sacarles la ropa, “para forzarlos a
hablar desde las vísceras sobre su horror, su tristeza, su esperanza o su
enorme dolor de vivir siempre en desventaja, arrollados por un devastador abuso
de poder”.
Por eso, fácil es coincidir con el dramaturgo
cuando afirma que escribe desde “el estupor, la perplejidad y la impotencia
frente a ciertos incomprensibles actos humanos –que son los más-” y también
respecto de que sus obras sólo pretenden hacer y compartir una pregunta con la
remota esperanza de llegar a comprender las cosas que ocurren.
Los 30 años de
dramaturgia y su casi treintena de obras hacen de Juan Radrigán un autor
vigente para la mayoría de los hombres y mujeres vinculados al quehacer teatral
de las últimas generaciones, siendo testimonio de una singular forma de
enfrentar y comprender en primer término la particular historia nacional, pero
también la condición humana en general
Sobre el intérprete, Guillermo
Andrés Pérez Muñoz.
Actor, 52 años, formado
profesionalmente en la Universidad de Chile, y en el Instituto Profesional
Teatro La Casa. De destacada experiencia
en la Región del Maule a través de Proyectos ganadores del FONDART (años 2000, 2008, 2010), participante de
iniciativas del Consejo Regional de la Cultura y las Artes (Programa Acceso :Talleres y montajes
unipersonales, cuenta cuentos) y de Fiestas Chile +Cultura en Curicó y Talca,
entre otras. Su ejercicio profesional se ha centrado en el monólogo. “El
ejercicio de monologar es una escuela maravillosa y completa. El actor que
monologa tiene sobre sus hombros todo el peso de la acción, en él se sostiene
el espectáculo, por tanto la atención está centrada sólo en él, esto es
complejo y de mucho trabajo si se quiere entregar un buen resultado”.
Las razones que me llevan a este
montaje nacen en los años 80, cuando en plena dictadura y en ejercicio de la profesión de actor conozco la
propuesta de Juan Radrigán, lo cual por su descarnada exposición de los hechos
y el enfoque que da a la marginalidad me motiva una respuesta activa, de
evidenciar en escena lo urgente y que no tiene otro espacio de expresión.
El proceso de acercamiento está
íntimamente ligado con la historia que estaba viviendo en la séptima región- en
1998- como obrero especializado en el Ministerio de Obras Públicas y en la
Dirección de Vialidad, como aprendiz de bull-dozer (operador). Este pasaje de
mi historia laboral me motivó a releer la obra de Radrigán, reencontrándome con
“Redoble fúnebre para lobos y corderos” y específicamente con el monólogo “Sin
motivo aparente”. Qué sugerente me pareció el conjunto de esas tres palabras!,
tanto, que en ellas vi un representativo resumen del período de la dictadura
militar, desde la persona humana y la aparente irracionalidad de las acciones.
Desde ahí y por largos 6 meses me avoqué al montaje de la obra.
Para mí el texto de “Sin Motivo
Aparente” representa una parcial, pero a la vez
sustanciosa radiografía del período de la dictadura militar en Chile.
Desde la cotidianeidad de los hechos, hasta la ideologización de la sociedad se
ven reflejadas en este monólogo.
Sobre el director,
Mauricio Vergara Escobar.
Licenciado en teología, Magister en Ciencias Sociales,
Doctor en Cultura y Educación en América Latina. Especialización en actuación,
dirección, dramaturgia y pedagogía teatral.
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